domingo, 27 de abril de 2014

Nueve

"Oíd, oíd, qué hermoso río que suena en ti llamando, humano, humano, humano..."

Miguel Abuelo

Pablo y yo a pocos kilómetros del nacimiento del Guadalquivir, seguidos de cerca por la cámara de Rafa él.

Regresamos al tramo del río que tanto te gusta y enseguida comprendes que no es el mismo. Sin el calor y las risas del verano parece más profundo y distante. Te acercas a él sin la determinación de entonces; descubrir bajo su fría transparencia un lecho de piedra produce un poquito de miedo.

Reflejados en sus aguas, el río puede ver cierto desconcierto en tus ojos, tan transparentes como él, evasivos, como diría la abuela. Desde el último estío has aprendido a dividir y a nadar al estilo mariposa, has hecho algún descarte, si esto es posible en un niño... también has descubierto, entre risas, entre llantos, que "la vida es difícil y dura", por eso tiene aún más valor cuando afirmas que eres feliz, porque lo haces desde la consciencia y el aprendizaje. ¿De verdad piensas eso?... A menudo los hijos se nos parecen.

¡Felicidades, Pablo! ¿Te apetece un regalo sin ruedas ni pilas?


 "Canto, río con tus aguas;

De piedra, los que no gritan.
De piedra, los que no ríen.
De piedra, los que no cantan.

Yo nunca seré de piedra;
Gritaré cuando haga falta.
Reiré cuando haga falta,
Cantaré cuando haga falta."

Rafael Alberti.



lunes, 14 de abril de 2014

Abismos II

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos."

Julio Cortázar




Museo de Jaén. Foto: Rafa él.


A veces encuentro lo que pienso, así, sin buscarlo si quiera, y por un momento me parece comprender algo, durante unos instantes todo encaja, incluso veo una lucecilla vertiginosa e inquieta que se diluye en una confusión de palabras sedimentadas.