Sumergida en la noche de verano sin sueño, asciendo lentamente hasta el nivel de la superficie que me permite comprobar que todo está en orden, detenido; de esta manera puedo zambullirme de nuevo, esta vez a mayor profundidad, hacia el reencuentro con la noche, el calor y su abrazo.
Siempre él mismo, sin embargo, percibo una brisa diferente sobre la espalda, una vieja palabra convertida en nueva para mis oídos mientras persigo el avión, que intermitentemente, describe su trayectoria hacia el norte en el oscuro rectángulo de la ventana. Y vuelo con él. Poco después, en lo que parece un instante, la franja anaranjada del levante revela un amanecer sin despertador ni prisa, ofreciéndome una prórroga que celebro como un indulto.
Siempre él mismo, sin embargo, percibo una brisa diferente sobre la espalda, una vieja palabra convertida en nueva para mis oídos mientras persigo el avión, que intermitentemente, describe su trayectoria hacia el norte en el oscuro rectángulo de la ventana. Y vuelo con él. Poco después, en lo que parece un instante, la franja anaranjada del levante revela un amanecer sin despertador ni prisa, ofreciéndome una prórroga que celebro como un indulto.
Una mañana de estas... voy a levantarme cantando.
"Summertime". Janis Joplin (1968)